Para entrar en el Reino de los cielos

 Para entrar en el Reino de los Cielos, tenéis que vivir una vida limpia y hermosa, cristalina, sin manchas. Para vivir aquí, debes tener una sonrisa en tu rostro y una luz que brille como joyas.
Encontraras muchas regiones diferentes en el mundo de los espíritus.

Muchas personas en la tierra piensan que solo hay dos lugares diferentes: El cielo y el infierno. Pero en realidad, hay muchas regiones, desde lugares muy malos hasta lugares muy buenos. Aunque hay muchos niveles diferentes, cualquier nivel que no sea el Reino de los Cielos no es nada cómodo, porque las personas pelean entre sí, insistiendo en que solo ellos tienen la razón en sus opiniones. Cada región está llena de gente del mismo tipo, por lo que no es interesante quedarse allí.

Por ejemplo, en la región donde viven las personas que solían robar cosas en la Tierra, siempre piensan que otras personas les robarán cosas. En medio de tanta desconfianza hacia los demás, la lucha continúa. El lugar donde vivirán se decide por cómo vivieron sus vidas en la tierra. Por tanto, si no queréis sufrir en el infierno, no debéis vivir una vida sin principios, sino seguir el camino de la fe absoluta, el amor absoluto y la obediencia absoluta. Dios es solo bondad y amor. A menos que hagamos un esfuerzo por parecernos a Dios, no podemos entrar en el Reino de los Cielos.

Las regiones del infierno, es donde apenas puedes respirar. Es oscuro y aterrador, y huele terrible, peor que el olor a carne o pescado podridos. Figuras deformes aparecen frente a ti, mordiéndose, gritando y gritándose unos a otros. Algunas regiones están llenas de agujeros en llamas y en ellos hay personas que siempre están enojadas entre sí.

Las peores regiones están reservadas para aquellos que fueron sexualmente corruptos o que se suicidaron. Es difícil mirar las muchas figuras feas que se deslizan como serpientes. Las personas que viven en la tierra no reconocen lo aterrador que es en estas áreas. Si pudieras verlo, no serías capaz de quedarte allí ni por un minuto.

Como nos enseña el Principio Divino, nadie obliga a las personas a ir a una región específica del mundo de los espíritus, sino que las personas encuentran su propio lugar por su propia voluntad, de acuerdo con el nivel espiritual que alcanzaron en la Tierra. Si pudiéramos hacer entender esto a las personas, sabrían vivir el amor verdadero.

Mensaje de Heung Jin Nim: desde el mundo de los espíritus.
1 de Enero de 2002