La verdadera madre no caminará sola: la Dra. Hak Ja Han obtiene apoyo mundial
Historia de 360WiSE
Esta mañana en Seúl, mientras el río Han fluye tranquilamente por el corazón de la ciudad, la Dra. Hak Ja Han, conocida mundialmente como la Madre de la Paz, estaba sentada dentro de las instalaciones de la Fiscalía Especial.
Tiene más de 80 años. Aún se recupera. Sin embargo, se ha presentado voluntariamente, sin nada que ocultar. Es inocente. Y aun así, enfrenta el peso de una investigación que ha cruzado la línea del enjuiciamiento a la persecución.
La vida de la Dra. Hak Ja Han siempre ha estado marcada por la valentía. Con tan solo seis años, recorrió 250 kilómetros de caminos accidentados y pantanos para alcanzar la libertad en Corea del Sur. Cruzó de puntillas el paralelo 38 bajo fuego enemigo, cantando canciones de libertad incluso cuando los disparos de fusil la amenazaban a cada paso. Su fe fue más grande que su miedo.
Esa misma valentía se manifiesta hoy. A pesar de las recomendaciones de sus médicos, decidió no demorarse, no dar marcha atrás, sino cruzar las puertas de la fiscalía y decir la verdad. Lo hace no por sí misma, sino por todos los coreanos y por millones de personas en todo el mundo que creen en su visión de paz, reconciliación y libertad religiosa.
Lo que debería haber sido una investigación imparcial ha sido tergiversada por la política. El testimonio de un solo exmiembro deshonrado y expulsado se ha convertido en la base endeble de un ataque legal.
Esto no es justicia.
Esto es persecución.
Y las implicaciones van mucho más allá de un solo líder religioso. Cuando un sistema de justicia puede ser utilizado como arma contra una mujer de fe en sus últimos años, ningún creyente está a salvo. Cuando se socava la libertad religiosa en Corea, se debilita la democracia en todas partes
El mundo observa. En este momento, millones la apoyan. Conocen la verdad de su vida: un legado de consolidación de la paz, empoderamiento femenino, renovación familiar, diálogo interreligioso y valiente lucha contra el comunismo y el control autoritario. Ha vivido con integridad, no con ambición. Ha servido, no ha sido usurpada.
Hoy no camina sola. Caminamos con ella. La acompañamos. Y juntos, recorremos el camino hacia la victoria.
A título personal, aún recuerdo mi primer viaje a Corea. Mi familia y yo nos quedamos varados en una larga escala nocturna. Un amable cristiano al que no conocíamos nos acompañó a un hotel, nos registró e incluso nos enseñó a arreglar las camas. No quería nada a cambio.
Desde entonces, he tenido innumerables experiencias similares. He visitado países de todos los continentes, pero nunca he conocido a un pueblo con la misma profundidad de corazón y sentido del honor que el pueblo coreano. Por eso amo a Corea. Por eso la considero mi segundo hogar. Y por eso sigo creyendo que el pueblo coreano defenderá la verdad.
Así que si estás leyendo esto, te pido una cosa: recuérdala en tus oraciones y defiende lo que es correcto.
Biografía del autor:
El Dr. Demian Dunkley es presidente de la Federación Familiar para la Paz y la Unificación Mundial (EE. UU.) y un defensor internacional de la libertad religiosa y los derechos humanos.
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