existían fundamentos legales para arrestar a Madre Han. Los cargos son inverosímiles y tienen motivaciones políticas. Este no es un caso de corrupción, es una purga.
El mundo no debe confundir persecución con enjuiciamiento. La democracia y la libertad religiosa de Corea están en tela de juicio. Y el veredicto resonará mucho más allá de sus fronteras.
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