La providencia de la Resurrección

 

La resurreción es el fenomeno gradual de la restauración del hombre caído al hombre original de la creación. Adán y Eva tenían que haber crecido a la perfección a ser uno con el corazón de Dios. Ellos tenían que haber obedecido la Santa Palabra de Dios a través de la cual ellos iban alcanzar la perfección. Sin embargo, ellos se dejaron llevar por las mentiras del enemigo de Dios y nunca lograron el ideal de la creación para convertirse en seres humanos que reflejaran la naturaleza original divina de Dios. Tan pronto pecaron murieron espiritualmente tal y como Dios les había dicho pues la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23). Al apartarse de Dios nunca aprendieron amar como Él ama y permanecieron en el reino de la muerte. En 1 Juan 3:14, dice: "...Quien no ama permanece en la muerte." "El amor aquí expresado, es por supuesto, el amor de Dios. Quiere decir que quienes no aman a su prójimo con el amor de Dios están muertos, a pesar de que vivan activamente en la tierra (Principio Divino: La Resurreción). 

Dios comenzó Su Providencia de Resurreción con la familia de Adán y Eva pero como no cumplieron con su parte de responsabilidad la providencia se postergó y comenzó a realizarse 2,000 años después a través de Abraham como padre de la fe. Por su fe Dios lo bendijo con la promesa de tener muchos descendientes y de una tierra prometida. Abraham y su hijo Isaac pudieron unirse y ofrecer un sacrificio que Dios pudo aceptar. Luego Jacob, nieto de Abraham, pudo vencer a un ángel y ser bendecido por Dios con un nuevo nombre: Israel. De los doce hijos de Israel y sus tribus se forma el pueblo de Dios. 

Camino a la tierra prometida Moisés recibe los Diez Mandamientos para dirigir al pueblo de Dios y prepararlos para recibir al Mesías. 

Jesús vino con el propósito de restaurar todo lo perdido por Adán y Eva al principio de la historia humana. Primero, Adán y Eva perdieron su fe en la Palabra de Dios y se dejaron llevar por las mentiras del enemigo de Dios. Segundo nunca aprendieron amar como ama Dios y por último nunca llegaron a heredar la naturaleza original divina de Dios. Tampoco pudieron cumplir con el Ideal de la Creación de Dios realizando las Tres Grandes Bendiciones de ser fructíferos, multiplicarse, y tener dominio sobre la creación (Génesis 1:28). Por lo tanto, Dios no tuvo otra opción que echarlos del Jardín del Edén y esperar por otra pareja que le fuera absolutamente obediente, fiel y amorosa con Él. Jesús llegó a crecer a perfección a ser uno con Dios cumpliendo así con la Primera Gran Bendición. Sin embargo, cuando quiso unirse con una mujer, para formar una familia bendecida bajo Dios por toda la eternidad, no pudo realizar esta tarea ya que las personas que Dios había preparado para recibirlo y ayudarlo a cumplir con esta tarea no lo hicieron. A pesar de que Jesús se esmeraba en cumplir con su misión mesiánica, fue rechazado por su pueblo y no pudo realizar este sueño anhelado de Dios. Tuvo que partir prematuramente al Paraíso sin realizar plenamente la Voluntad de Dios en la Tierra. 

Jesús solo pudo traer la salvación espiritual junto con el Espíritu Santo. Dios no tuvo otra opción que abandonar a Israel y buscar otra nación y otro pueblo que recibiera a Su Hijo nuevamente.

Después de 6,000 años de lucha contra Satanás y su malvada soberanía, durante una larga historia de sufrimiento de restauración por indemnización para salvar a Sus hijos, Dios ha enviado a Su Hijo Sun Myung Moon y a Su Unigénita Hak Ja Han Moon como los Padres Verdaderos de la Humanidad. Ellos son los Padres Verdaderos del Cielo, la Tierra, y la Humanidad.   Solo a través de ellos los seres humanos pueden ser perdonados del pecado original, convertirse en hijos verdaderos e hijas verdaderas de Dios, y ser injertados en el linaje celestial de Dios para formar familias bendecidas bajo Dios para toda la eternidad. También al recibir la Ceremonia de la Santa Bendición Matrimonial de los Padres Verdaderos los seres humanos pueden dar a luz a hijos sin pecado original que reflejen la naturaleza original divina de Dios y lleguen a ser los futuros líderes y ciudadanos del Reino de los Cielos en la Tierra y en el Cielo. Con los Padres Verdaderos el dolor y la tristeza del Cielo y la Tierra pueden terminar y una fundación victoriosa para el Reino de los Cielos en la Tierra y en el Cielo puede establecerse para siempre. Al fin, el sueño anhelado de Dios de encarnar en Sus hijos para convertirse en los Padres Celestiales de la Humanidad se ha hecho realidad gracias a los Padres Verdaderos.